Según el informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2018: Sostenibilidad medioambiental con empleo”, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se formarán 24 millones de puestos de trabajo para el 2030. El estudio señala que los campos más demandados serán los enfocados a la eficiencia energética, la gestión de residuos y la lucha contra la contaminación.
Más allá de la oferta específica nacida para combatir el cambio climático, como el máster universitario de Turismo Sostenible y TIC, el máster de Diseño de Espacios, Realidad Virtual y Aumentada (interuniversitario: UOC, Elisava), el posgrado de Tecnología y Gestión del Agua Online (Agbar, UOC, UPC) o la especialización de Ciudades más Inteligentes y Ciudadanía, para Fitó, «toda la oferta formativa debe incorporar el compromiso con el medioambiente y su conocimiento como una materia transversal en todas las etapas del sistema educativo».
Una de las actividades con más impacto en el planeta es el turismo, este sector contribuye al cambio climático, sobre todo debido al impacto medioambiental de los desplazamientos, pero también tiene un importante impacto en el entorno, tanto para los espacios naturales como para los habitantes de la zona. A medida que hemos ido tomando conciencia de estos efectos negativos de determinadas formas de turismo, conceptos como sostenibilidad y responsabilidad han ido ganando importancia.
Los empleos relacionados con la energía renovable también están al alza, según el último informe de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), en 2018 había once millones de personas trabajando en el campo de la energía renovable en todo el mundo. El informe de la OIT constata que los nuevos empleos serán creados por medio de la adopción de prácticas sostenibles en el sector de la energía, incluyendo cambios en la combinación de fuentes de energía, la promoción del uso de vehículos eléctricos y la mejora de la eficiencia energética de los edificios.
El estudio constata también que seis millones de empleos pueden ser creados gracias a la transición hacia una economía circular, la cual incluye actividades como reciclar, reparar, alquilar y refabricar, y con la cual se sustituye el modelo económico tradicional de «extraer, fabricar, usar y desechar». El informe invita también a los países a adoptar medidas urgentes dirigidas a formar a los trabajadores en las competencias necesarias para la transición hacia una economía más verde.