Alejandro Anderlic, director de Asuntos Gubernamentales y Políticas Públicas para Latinoamérica de Salesforce, recibió como invitado especial en el ciclo de entrevistas “Trailblazers Latinoamericanos: Conectando sueños con el futuro” al ex Ministro de Educación y ex Senador de la Nación Argentina, Esteban Bullrich, con quien conversó sobre su historia de vida, su opinión sobre el liderazgo colaborativo y la visión que tiene para la sociedad latinoamericana del futuro.
“La crisis del 2001 me encontró recién casado y esperando a nuestra primera hija y me di cuenta de que no podía seguir trabajando en el sector privado, desentendido de la realidad de mi país, que ahora iba a pasar a ser el país de mis hijos. Lo hablé con mi mujer, largué todo y me metí de lleno. Al poco tiempo, estaba trabajando en el Gobierno de la Ciudad de la mano de Mauricio Macri”, recuerda Bullrich sobre su transición a la política.
En 2021, Esteban Bullrich anunció que había sido diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa que actualmente no tiene cura y cuyos tratamientos son paliativos. Esta enfermedad ha ido afectando progresivamente su movilidad. Sin embargo, él no pierde la esperanza de poder recuperarse; por eso, lucha todos los días, por él mismo y por su familia, para estar bien. “Mi familia es todo. Es mi motor, mi cable a tierra y mi antena al cielo. Es la razón por la que no aflojo ni un solo día”, afirma.
Se define a sí mismo como un apasionado, un optimista y un “cabeza dura” (modismo en Argentina que hace referencia a las personas testarudas), pero también como un hombre creyente y de familia. “Para mí es importante creerle a Dios y a su palabra. Hizo una gran diferencia en mi vida antes y especialmente ahora con esta enfermedad, me da un sentido de trascendencia de que no todo termina acá”, asegura.
Por otro lado, analiza que esta época requiere un liderazgo espiritual, que se base en 4 pilares. Uno de ellos es el amor. En sus propias palabras: “El amor como motor de todas nuestras acciones, amor por nuestra familia, amor por nuestros amigos, por nuestra gente, nuestra tierra y por los que piensan distinto; que no quiere decir aceptar cualquier cosa, sino reconocer la humanidad de nuestros adversarios y el destino común que compartimos”.
Como ex ministro de Educación de la Nación, comenta que la educación significa un desafío que requiere constante adaptación a los cambios que se presentan en el mundo y que es una obligación de los dirigentes, adultos y padres, velar por un sistema educativo que prepare a los chicos para el mundo en el que viven. “Educar es potenciar el espíritu de libertad con el cual fuimos creados. Ninguna otra actividad del conocimiento humano logra conmover tanto como ampliar el conocimiento de otro ser humano y el lazo que se crea entre ambos es muy profundo”, asegura.
A pesar de su condición, Esteban continúa involucrándose en temas y proyectos que considera importantes para el desarrollo, la creación de mejores condiciones y que contribuyan con el medio ambiente, pues considera que Latinoamérica es una región llena de oportunidades que cuenta con recursos naturales privilegiados, con gente maravillosa y con mucho potencial.
En relación a la innovación y los avances tecnológicos que está experimentando Argentina, Bullrich se declara un entusiasta, pero considera que hay que seguir trabajando para usarla de forma ética, responsable e inclusiva, “Me fascina todo lo que puede hacer la creatividad humana al servicio de la sociedad. Hoy, además, dependo de ella para vivir y para comunicarme”, agrega. Para Bullrich, la IA plantea desafíos cuya resolución es una incógnita, pero que requieren de la cooperación humana para resolverlos con la premisa de que si se utiliza para el bien, se pueden lograr grandes cosas. “Estoy convencido de que la IA va a acelerar el descubrimiento de la cura para esta enfermedad”, remarca.
Como reflexión final, Esteban Bullrich comparte sus sueños, donde se imagina a una Argentina unida, enfocada en aquello que une y no en lo que divide. Imagina un país donde cada argentino sea aceptado, donde se respete su derecho a existir y a pensar de manera diferente, trabajando juntos para construir un futuro mejor, más inclusivo, de mayor progreso y de más humanidad.
Fuente: Salesforce