Apple lleva una ventaja de dos años en el uso de sensores 3D

La creación de nuevas características para el estimado de 1.500 millones de teléfonos avanzados que se comercian anualmente ha estado en el centro de una batalla global por participación de mercado de la última década. Según informó Reuters, la mayoría de los teléfonos Android deberán esperar hasta 2019 para emular los sensores de rasgos en 3D del sistema de seguridad Face ID de Apple.

Esto deja a Samsung y a otros rivales sin una tecnología que valdrá miles de millones de dólares en ingresos en los próximos años.

Se espera que la tecnología de sensores 3D mejore la próxima generación de Smartphones, al permitir un reconocimiento facial preciso y un sistema de seguridad biométrico para realizar pagos, sensores de gestos y experiencias inmersivas de juegos y compras.

Gartner, la firma de análisis de tecnología, sostiene que para el 2021 un 40% de los teléfonos avanzados estarán equipados con cámaras 3D, que también pueden ser utilizadas para sistemas de realidad aumentada, en el que los objetos digitales se mezclan con imágenes del mundo real.

De acuerdo a Viavi Solutions, Finisar y Ams AG, los retrasos en el envío de componentes clave implicarán que la adopción masiva de la tecnología de sensores 3D no se producirá hasta el próximo año, lo que incumple estimaciones iniciales.

Lo que significa que rivales chinos como Huawei y Xiaomi podrían tener que esperar casi dos años para igualar a Apple en este campo, que lanzó Face ID en septiembre pasado cuando presentó su iPhone X.

Los productores de equipos Android están teniendo dificultades para acceder a rayos láser VCSEL que detectan la profundidad de los elementos, una parte esencial de la tecnología de reconocimiento facial de Apple.

El esfuerzo de Apple por seguir desarrollando tecnología de última generación se ha visto reflejado recientemente en su agresiva estrategia para conseguir la mayor cantidad de avances en áreas como el Face ID a las que puede acceder gracias a su capacidad financiera.

El acuerdo por USD 390 millones que selló en diciembre el fabricante del iPhone para garantizar la provisión de rayos VCSEL de la firma Finisar así lo prueba. Otro ejemplo son las discusiones que ha tenido la compañía de Cupertino con productores de cobalto para garantizar provisiones de baterías recargables a litio que usan sus dispositivos.

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