América Latina y el Caribe se enfrentan a una realidad desafiante: Se han consolidado como la región con mayor desigualdad social a nivel mundial. Se estima que aproximadamente un tercio de su población vive en condiciones de pobreza, mientras que el 10% de sus habitantes más ricos perciben ingresos hasta 12 veces mayores que el 10% de los que menos ganan, según datos de la OCDE.
Parte de esta disparidad económica son factores como el limitado acceso a recursos financieros o mercados; la desigualdad de género en el ámbito laboral; una marcada informalidad en la fuerza laboral y exclusión de sectores importantes del desarrollo tecnológico digital. Además, la región enfrenta desafíos en cuanto a la disponibilidad de suministros básicos para su población, como sistemas alimentarios inadecuados y problemas de salud.
Ante este panorama, el emprendimiento social ha surgido como una respuesta innovadora y oportunidad de inversión interesante. La idea es desarrollar productos y servicios que potencien a los clientes de un contexto socioeconómico más vulnerable y protejan el medio ambiente a la vez que sean comercialmente viables.
Sin embargo, el camino de este formato no está exento de desafíos, ya que muchas de estas iniciativas operan en mercados desatendidos, donde es necesario innovar y crear soluciones pensadas en una población poco estudiada, pero con muchas necesidades. Lo que significa que, aunque la recompensa puede ser grande, existe un riesgo adicional.
«Nuestro equipo de co-fundadores cuenta con una amplia experiencia tanto en emprendimiento como en el ámbito de impacto social. Hemos identificado un gran potencial para construir empresas sociales más escalables y sostenibles a largo plazo. Sin embargo, dada la complejidad de los desafíos fundamentales de LATAM, es crucial probar constantemente e innovar para encontrar soluciones verdaderamente efectivas”, destacó Corentin Larue, Co-fundador de Fundamental.
Por su parte, Giovana Hernández, Directora Financiera de Fundamental, puntualizó “El mercado de la inversión de impacto está en crecimiento, pues a nivel mundial su tamaño es de 1,164 billones de dólares, según datos de The Global Impact Investing Network, sin embargo a nivel LATAM este tipo de inversiones aún se encuentra en una fase incipiente”.
De acuerdo con los directivos, América Latina sigue consolidándose como una región prometedora, con talento y mucho potencial para el crecimiento del emprendimiento social. Y esto es en parte gracias a la implementación de modelos de negocios, como el de Fundamental, que han abierto nuevos caminos y perspectivas que consideran lo social, sostenible y económico como pilares para el desarrollo, lo cual permite mitigar los riesgos principales para construir un futuro más equitativo y sostenible en la región.
Fuente: Fundamental