La innovación tecnológica es una constante y el rubro hotelero no puede quedarse afuera de ella si quiere continuar cumpliendo con las expectativas de sus huéspedes. Desde la reserva previa, y check-in que pueden realizarse desde un dispositivo móvil, se busca que cada vez más la tecnología domine las funciones básicas.
Ya en la reserva se permite personalizar con antelación la estadía: elegir la música ambiente, la temperatura y el aroma que quiere sentir. En la habitación una tablet provista por el hotel maneja todos los controles, las persianas, las luces, la calefacción y aire acondicionado. Incluso se podrá reservar una mesa en el restaurante, conocer el menú previamente, comunicarse con la recepción y pedir que suban el desayuno al día siguiente, así como disponer de un abanico de películas, videojuegos y camas que se inclinan a gusto del ocupante.
Por otro lado, las impresoras 3D permiten fabricar productos y gadgets para sus clientes y decorar las paredes de manera original. Diferenciación y valor añadido, son las señas de identidad de la nueva industria hotelera.
Las cadenas hoteleras están buscando tener sus sistemas administrativos y de ventas instalados en la Nube. Esto hace que la productividad y efectividad de los departamentos de Ventas y Marketing se vean favorecidas, ya que pueden dar respuestas inmediatas a sus clientes y presentar ofertas o cotizaciones de manera inmediata.
Pero si esto es el ahora, ¿cómo serán los hoteles del futuro? Hoteles.com elaboró un informe, junto con James Canton, doctor en el Instituto Global Futures, concluyeron que para 2060 la realidad virtual, la inteligencia artificial, el uso de pantallas táctiles para todo tipo de gestiones o la híper-conectividad serán algunas de las claves de un hotel.
En los hoteles del futuro, los robots serán fundamentales; serán autónomos y podrán ser programados antes de la llegada del huésped con habilidades e idiomas especiales que permitan dar respuesta a cualquiera de sus requerimientos. Los «robobutlers» podrán recibir a los clientes en el aeropuerto, limpiar la habitación, elaborar platos de comida gourmet u ofrecer asesoramiento empresarial a un viajero de negocios. Las impresoras 3D cambiarán la estancia en el hotel. Las habitaciones dispondrán de ellas, lo que permitirá crear los elementos necesarios al momento, como ropa, zapatos, fármacos o dispositivos electrónicos.
Gracias a la neurotecnología, se espera que los establecimientos ofrezcan a sus huéspedes la posibilidad de elegir la temática de los sueños para relajarse, aprender, disfrutar o mejorar el estado de ánimo. Sueño a la carta, según lo denominó el estudio. Por otro lado, a la hora de despertarse, el usuario habrá establecido con anterioridad la hora y qué tipo de despertar quiere: un tranquilo amanecer, el mar, la ciudad o la montaña; o un terremoto o una erupción volcánica. Gracias a que las paredes son pantallas y al sonido envolvente, la habitación se transformará para dar los buenos días que desee el cliente.
Finalmente, los restaurantes de un hotel ofrecerán una oferta gastronómica basada en el ADN de los comensales. James Canton vaticina que, cuando el cliente llegue al restaurante, se encontrará con la dieta más adecuada a su salud. La propuesta podrá ser elaborada por los mejores chefs sin perder en ningún momento su atractivo ni su exquisitez.