El nuevo informe de la Asociación Global del Ecosistema Móvil (GSMA) “Fijación de los precios del espectro en países en desarrollo”, arrojó que en los países en desarrollo de América Latina se necesitan mejores políticas de fijación de los precios del espectro, para mejorar el bienestar socioeconómico de las millones de personas que aún no acceden a los servicios de banda ancha móvil.
Los países latinoamericanos incluidos en el análisis son Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela.
Algunas de las decisiones de políticas que el estudio destaca como resultantes en altos precios del espectro en los países analizados son: fijar precios altos en las asignaciones administrativas, fijar precios iniciales altos en las subastas (precios de reserva), elevados cánones anuales, limitar artificialmente la cantidad de espectro licenciado disponible, no tener una hoja de ruta clara del espectro y establecer reglas deficientes en las subastas.
El estudio reveló que, en promedio, los precios del espectro en los países en desarrollo a nivel mundial resultan ser el triple que en los países desarrollados (en su relación con los ingresos). Los precios altos del espectro son un obstáculo para las inversiones en nuevos servicios y tecnologías y, por lo tanto, un factor disuasorio para incrementar la penetración del internet móvil.
El escrito también halló que los gobiernos desempeñan un rol activo al aumentar los precios del espectro, para maximizar los ingresos públicos de la concesión de licencias de espectro. Los precios altos del espectro correlacionan con países que tienen altos niveles de deuda soberana. De forma alarmente, los precios de reserva promedio en subastas de espectro son más de cinco veces mayores en los países en desarrollo que en los países desarrollados, considerando los ingresos de la industria. El informe identifica una relación entre los precios altos del espectro y una cobertura más deficiente, así como servicios de banda ancha más costosos y de menor calidad, que no son valorados por los consumidores.
Sebastián Cabello, director para América Latina de la GSMA sostuvo que “Es imposible conectar a todos sin contar con mejores decisiones de política sobre el espectro. Durante demasiado tiempo, el éxito de las licitaciones de espectro se juzgaba en términos de los ingresos que se podían obtener, en lugar de los beneficios socioeconómicos de conectar a más personas”.
Y agregó “Las políticas de espectro que inflan los precios y se focalizan en las ganancias a corto plazo, son incompatibles con los objetivos compartidos de ofrecer servicios de banda ancha de mejor calidad y más asequibles. Estas políticas de fijación de precios sólo limitarán el crecimiento de la economía digital y dificultarán más aún la reducción de las desigualdades y el aumento de la productividad, que tiene efectos muy importantes sobre el bienestar de las personas”.
Por su parte, Pau Castells, director de análisis económico en GSMA Intelligence destacó que “Si los operadores móviles no logran un acceso asequible y predecible al espectro, quienes más sufrirán serán los consumidores. Los países en desarrollo de América Latina tienen la oportunidad de actualizarse en la adopción de servicios móviles. Sin embargo, en algunos de estos mercados se pone en riesgo la materialización de las inversiones. Los operadores no pueden seguir haciendo erogaciones cuantiosas por uso del espectro cuando los ingresos y las ganancias esperadas son mucho menores. Esto plantea desafíos para las inversiones en redes, en un momento en que las políticas deberían estimular el desarrollo del sector móvil, para maximizar los beneficios que puede ofrecer a todas las personas”.
El estudio analizó, entre 2010 y 2017, más de 1.000 asignaciones de espectro en 102 países (incluyendo 60 países en desarrollo y 42 países desarrollados), convirtiéndose en el mayor análisis de la historia sobre la fijación de los precios del espectro, así como de los potenciales impactos para los consumidores