En medio de la volatilidad reciente del mercado de las criptomonedas, el debate sobre su impacto y su lugar en la percepción de las inversiones está más vivo que nunca. Con Bitcoin y otras criptomonedas generando titulares una vez más, es crucial examinar cómo estas monedas digitales influyen en la confianza de los inversionistas y cómo las empresas financieras pueden cerrar la brecha entre el miedo y la adopción.
Desde estafas como el “Cripto Romance”, donde cibercriminales buscan en redes sociales a personas con problemas sentimentales y les ofrecen invertir en criptomonedas hasta la suplantación de identidad de Carlos Slim con herramientas de IA, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en México el fraude financiero es uno de los delitos más comunes, con 45,308 actos denunciados entre enero y mayo de 2023.
Según VisualGPS, la plataforma de investigación de iStock, el e-commerce que ofrece imágenes y videos de alta calidad a empresas, este escenario podría haber contribuido a una disminución en el interés de los mexicanos por las criptomonedas en los últimos años, pasando de un 75% en 2022 a un 68% en 2023. Además, apenas un 1% de los mexicanos consideraría invertir en criptomonedas si tuviera dinero disponible para invertir.
A pesar de estos desafíos, las criptomonedas continúan siendo parte de la conversación en el mundo de las finanzas y la tecnología. En México, las SOFIPOS (Sociedades Financieras Populares), fintechs y entidades bancarias desempeñan un papel crucial al facilitar el acceso no solo a la inversión en criptomonedas, sino también al mundo de las inversiones para el público en general.
La investigación de VisualGPS reveló que el 59% de la Generación Z y los Millennials se sienten seguros de que comprenden las criptomonedas, y el 56% creen que estas podrían reemplazar la banca tradicional en el futuro. Para inspirar confianza, Malave recomienda a las fintechs y empresas de banca tradicional visualizar el papel de las criptomonedas en la economía sin efectivo, como facilitar pagos y enfatizar el comercio de activos dentro de una red en línea.
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