El creciente mercado de smartphones durante la última década ha creado de forma paralela la industria en reparación de dispositivos en muchos países en el mundo. El que se hayan vuelto más populares, caros y grandes, también ha sido un estímulo para el sector desde 2010.
Según un estudio realizado por Experimac, el 25% de los usuarios de iPhone en Estados Unidos han roto su pantalla al menos una vez. En Estados Unidos la industria de las reparaciones se centra en los productos Apple.
Se calcula que el 80% de las pantallas para dispositivos en el mercado de segunda mano son suministrados por China, siendo que el porcentaje restante proviene de los fabricantes de origen. Esto sucede debido a los bajos costos, la calidad aceptable y la entrega rápida, causando que la demanda de LCDs chinos haya aumentado de manera significativa en los últimos años, mientras que los de fabricantes de origen caen.
El informe predijo que la industria de reparaciones en los Estados Unidos crecerá un 5% anual, alcanzando USD 1.5 billones en un par de años. Este mercado no se limita a teléfonos inteligentes, sino que abarca tablets y otros dispositivos móviles.
Más allá de las reparaciones, lo que también ha incrementado es la utilización de kits “hágalo usted mismo” de bajo costo, que con el correr del tiempo se volvieron más fáciles de utilizar.
Según Deloitte, se espera que el mercado de segunda mano en Estados Unidos alcance las cincuenta y cinco mil doscientos millones de unidades en 2020 comparado con los quince mil doscientos millones en 2015. Y a largo plazo esto se vuelve más atractivo, siendo que crecerá entre cuatro y cinco veces más grande que el mercado total.
El año pasado, la empresa predijo que los consumidores venderían o comercializarían cerca de ciento veinte millones de teléfonos inteligentes usados, generando más de diecisiete mil millones de dólares para los propietarios, con un valor promedio de ciento cuarenta dólares por dispositivo. Se trata de un aumento del 50% con respecto a los ochenta millones de teléfonos inteligentes comercializados en 2015, con un valor de once mil millones de dólares o un valor medio de ciento treinta y cinco dólares por unidad.
Un ciclo de vida más largo del producto, que involucra a múltiples propietarios, crea una mayor demanda de reparación de teléfonos inteligentes, ya que aumenta la probabilidad de que se requieran reparaciones.