Los datos digitales son el nuevo “petróleo” del siglo XXI

Por Mauricio León, Country Manager para Hitachi Vantara Chile

Las cinco empresas con mayor capitalización bursátil del mundo son Apple, Amazon, Facebook, Google y Microsoft, todas ellas son tecnológicas, y su negocio principal depende de la gestión y administración de datos digitales.

Hace poco más de una década, en 2008, entre las cinco más valiosas en Bolsa había sólo una tecnológica, las demás siempre fueron energéticas, mineras o retailers. Esta nueva configuración empresarial plantea que, si antes fueron el oro o el petróleo las materias primas de mayor interés global, hoy es la información. Los datos digitales son el combustible que alimenta el motor de la economía mundial.

Los datos se han convertido en un factor de producción fundamental de cualquier proceso económico actual, indistintamente si es desde el sector privado, o el Estado. Así, la generación masiva de datos, y la capacidad de procesarlos para construir valor, resulta clave para incrementar la eficacia y eficiencia en la toma de decisiones.

Un dato por sí solo no tiene valor, y muchos datos acumulados sin procesar, tampoco. Pero su tratamiento y análisis científico los convierten en conocimiento útil, original y rentable. El surgimiento del Big Data y del Data Science permitió dar el salto a este nuevo nivel.

En términos de generación de valor, la economía de los datos ha permitido el surgimiento de nuevos modelos de negocio, los que están modificando la estructura de muchos mercados y sectores productivos. Incluso, ahora hablamos de empresas basadas en datos, donde éstos son el epicentro de los procesos y de la toma de decisiones.

De esta manera, el procesamiento de datos digitales genera nuevas oportunidades de desarrollo económico, empresarial y profesional, en el marco de economías y negocios exponenciales, dado que hemos migrado desde la transformación digital, a la transformación exponencial, en donde el valor y cotización de los datos se incrementa en los mercados.

Otra de las áreas relevantes en las que la aplicación del big data y del data science ha cambiado el paradigma productivo es en el contexto público y los servicios sociales. Toda la información, permite a los gobiernos optimizar sus procesos de gestión.

Además, con esta información se puede, entre otras cosas, detectar patrones de comportamiento en la sociedad, para así predecir y prevenir fraudes de distintos tipos; como en la gestión de licencias médicas, o en la adjudicación de subsidios, esto es, aplicar en forma eficiente políticas tributarias redistributivas.

Actualmente, Chile y los países de América Latina tienen la gran oportunidad de fortalecer sus economías gracias a la gestión de los datos digitales, lo que permitirá avanzar en la resolución de problemáticas históricas para la región, como la superación de la pobreza, la producción de valor en los mercados laborales, y el incremento en las cifras de crecimiento, desarrollo y progreso, sin descuidar la equidad social.

El 90% de los datos digitales disponibles ha sido generado en los últimos dos años, y solamente un 1% de esa información ha sido analizada. Entonces, nos queda todo un capital de datos que están ahí, disponibles para ser gestionados en pro de la innovación económica y social que los tiempos de hoy nos exigen, tanto como personas, empresas y naciones.

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