La criminalidad es una realidad que no depende exclusivamente de una plataforma, un canal o servicio, sino que se expande como una mancha y se adapta al uso de herramientas cada vez más sofisticadas, donde el nivel de ilegalidad permite una distribución de mayor alcance, visibilidad o resguardo para delitos más complejos.
Hoy se estima que las aplicaciones de mensajería instantánea están en franco ascenso, son la nueva deep web. Pero ¿cómo llegamos de la Deep y la Dark Web hacia un servicio de mensajería instantánea? Claramente, por el nivel de exposición, no todas las herramientas ofrecen lo mismo. Por esto, debemos discernir cómo funciona cada una para entender la lógica de la criminalidad.
Primero, “debemos aclarar que no todos los contenidos que hay en la ‘deep web’ son ilegales. De hecho, hay algunas páginas con contenidos constructivos como por ejemplo DuckDuckGo, un buscador de webs convencionales y de enlaces exclusivos de la ‘deep web’. Por su parte, la ‘dark web’, es sólo una pequeña porción, equivalente al 0,01%, de la ‘deep web’”, aclara Daniel Ionadi, ingeniero y especialista de F5.
Y mientras la llave de acceso a la deep web es un simple buscador, para la dark web se necesita un conjunto de tecnologías y recursos que hacen que la conexión sea anónima, encubriendo un mercado negro donde además de datos personales, se venden desde armas y drogas hasta órganos y personas.
Asimismo, el especialista en ciberseguridad considera que “el uso de monedas privadas como Monero tienen cada vez menos usuarios que poseen o están dispuestos a pagar con ellas, debido a la complejidad de su obtención y lo poco efectivo que resultan a veces los servicios de mezcla de criptomonedas como Coinjoin. Así, en los últimos meses los mercados de drogas de la web oscura que sólo aceptaban Monero terminaron muriendo debido a la falta de clientes”.
El anonimato es el motor de uso de estas plataformas, con una fachada cada vez más compleja según el nivel delictivo. Para acceder a la Dark Web se requiere un navegador especial llamado Tor, que contiene todo tipo de sitios web, servicios y vendedores maliciosos, además de proporcionar una conexión cifrada a la Dark Web, Tor enmascara la dirección IP del usuario.
La compraventa a través de criptomonedas y una dirección IP oculta hace que la actividad de la Dark Web sea difícil de rastrear para localizar a una persona o una organización. Los gobiernos y las fuerzas del orden de diferentes países colaboran para identificar y detener a los delincuentes que operan en la Dark Web.
Sin embargo, existen aplicaciones de mensajería instantánea que hoy son consideradas una nueva deep web, por su uso simple, masivo y las características efímeras del servicio, el delito alcanza nuevos horizontes con estrategias más sofisticadas. Pero también, nos deja más vulnerables ante posibles ataques a nuestra privacidad.
Fuente: F5