La economía mal llamada colaborativa puede reducir el desempleo y dinamizar el mercado

La 12va reunión del Foro de Gobernanza de Internet (IGF) tuvo lugar, en esta edición en Ginebra. Una de las actividades más destacadas fue el IGF LAC Space, un espacio para discutir temas relacionados con la realidad latinoamericana. Durante todo el evento y con más de un centenar de workshops, se tocaron temas que giraron en torno a seguridad cibernética y derechos digitales, el futuro de la gobernanza digital a nivel mundial, el acceso y el desarrollo, y las tecnologías emergentes, Big Data, temas de Internet & jurisdicción, infraestructura y tecnologías emergentes, desarrollo de capacidades y temas de género.

El panel sobre El Futuro del trabajo: ¿La Gig Economy funciona en los países en desarrollo? (The Future of Work: Is the Gig Economy Working for Developing Countries?) abordó el tema del trabajo en la era digital y discutir cómo el trabajo está cambiando en la era de la Inteligencia Artificial y la aparición de plataformas laborales digitales, y cómo las diferentes partes interesadas están respondiendo a estos cambios. Los cambios en la naturaleza del trabajo en los países en desarrollo la automatización, la Inteligencia Artificial y las plataformas de gig Economy.

Durante la reunión del Multistakeholder Advisory GroupMAG– del IGF se contó con la participación de Pablo Bello director ejecutivo de ASIET y Liu Zhenmin, vice secretario general de Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales (DAES).

Este panel que contó con Bello y Zhenmin fue moderado por Hernán Galperin profesor asociado en la Annenberg School for Communication (de la Universidad de Southern California) y contó con la participación de Helani Galpaya CEO en LIRNEasia, Alison Gillwald CEO de Research ICT Africa (RIA), Valerio DeStefano profesor de derecho del trabajo KU Leuven University, Jacki O’Neill investigadora en Microsoft India, Sunil Johal director de políticas en The Mowat Centre (think tank independiente en políticas públicas en la Universidad de Toronto), Vigneswara Ilavarasan experto en IT outsourcing, y Mona Badran profesora en la Facultad de Economía y Ciencias Políticas en la Universidad del Cairo.

Pablo Bello, mencionó sus dudas acerca de qué tipo de desarrollo se está logrando con la Gig Economy: “una cuestión importante es cómo se organizarán los trabajadores en este tipo de economías a la hora de defender sus derechos. La economía mal llamada colaborativa puede reducir el desempleo y dinamizar el mercado, pero es también la economía de la precariedad y la desigualdad. Es necesario definir un marco regulatorio para el trabajo digno en la era digital. La Gig Economy tiene sus puntos a favor pero prefiero realizar un abordaje frente a ella que facilite crear políticas para lidiar con las amenazas mencionadas”.

Por otro lado, Jackie O’Neill, expuso los hallazgos clave de la investigación de su equipo sobre los trabajadores de Amazon Mechanical Turk y Ola. Aunque se trata de crowd-works muy diferentes, los trabajadores se enfrentan al mismo problema, porque su trabajo está mediado por plataformas digitales privadas.

Esta relación plantea dos problemas: autonomía reducida y competencia global entre los proveedores de servicios individuales. Lo primero significa que, a pesar del discurso de mayor flexibilidad, los trabajadores en realidad tienen que adaptarse a los horarios de los clientes. Para este último, existen varias barreras que impiden que los crowd workers en los países en desarrollo obtengan un salario digno.

Helani Galpaya, identificó, tres amplias categorías de trabajadores, clasificadas por ingresos: menos de $ 0.01 por trabajo, alrededor de $ 5 y entre $ 300 y $ 500. En todos los casos, recibir el pago era el problema más importante, ya que tanto los recaudadores de impuestos como los sistemas bancarios solo reconocen el empleo formal.

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