La diversidad en el liderazgo beneficia a todo el mundo

El futuro es mejor con mujeres en todas las mesas en las que se toman decisiones. A lo largo de la historia, las pioneras como Shirley Chisholm han reclamado su espacio y han exigido la igualdad y la inclusión de las mujeres; ahora es nuestra responsabilidad remarcan desde ONU Mujeres.

Shirley Chisholm, la primera congresista negra de los Estados Unidos, dijo una vez: «Si no le dan un asiento para sentarse a la mesa, llévese una silla plegable».

La contribución que las mujeres pueden hacer al liderazgo es fundamental en todos los sectores, comunidades y sociedades. Desde el ámbito político y empresarial hasta el deporte y las disciplinas STEM, la diversidad en el liderazgo beneficia a todo el mundo. Las personas que lideran deben ser representativas de aquellas a las que sirven para entender mejor sus deseos y necesidades.

A pesar de que en 2020 se alcanzó una cifra récord de mujeres en los puestos de alta dirección de las empresas Fortune 500, sólo el 7,4 por ciento de las compañías de esa lista están dirigidas por mujeres; además, las mujeres tienen una probabilidad menor de convertirse en emprendedoras y se enfrentan a más obstáculos para iniciar un negocio. Las mujeres también sufren formas múltiples e interrelacionadas de discriminación en el lugar de trabajo que les suponen un impedimento para avanzar en su carrera y reclamar puestos de dirección, como el acoso sexual, la brecha salarial por razón de género y la falta de políticas respetuosas con la vida familiar.

Estas son cinco estrategias para cambiar la cultura y las políticas de forma que las mujeres puedan acceder a puestos de liderazgo en el mundo laboral: Exigir un salario igual por un trabajo de igual valor. Reclamar políticas de licencias parentales que respalden a progenitores de todos los géneros. Demandar políticas de tolerancia cero a la violencia y al acoso sexual en el lugar de trabajo. Compartir el trabajo doméstico y las tareas de cuidados en condiciones de igualdad. Exigir una representación igualitaria de las mujeres en los órganos de decisión de las empresas.

En sólo 22 países hay Jefas de Estado o de Gobierno y 119 países nunca han sido presididos por una mujer. Las mujeres ocupan apenas el 25 por ciento de los escaños parlamentarios nacionales y, según los datos de 133 países, representan sólo el 36 por ciento de los cargos electos de los órganos locales de deliberación.

Cuando las mujeres están infrarrepresentadas en la toma de decisiones públicas, las políticas no reflejan sus necesidades y prioridades. Si no actuamos de forma decidida para empoderar a las mujeres y posibilitar que sean más las que asuman el liderazgo en el campo político y en la toma de decisiones públicas, no lograremos la paridad plena en 130 años. 

Estas son cinco formas en las que puede ayudar a que las mujeres reclamen su liderazgo político: Apoyar las candidaturas feministas. Apoyar el compromiso con la comunidad y el fomento de la capacidad de las mujeres, que se enfrentan a formas de discriminación múltiples e interrelacionadas para participar en la política y la vida pública. Reclamar cuotas de género de cumplimiento obligatorio y objetivos más audaces en materia de igualdad de representación. Demandar que se prevenga y se considere delito la violencia contra las mujeres en la vida pública y política, tanto en entornos digitales como físicos. Incentivar a los partidos políticos para financiar las campañas de mujeres candidatas y promocionar su liderazgo.

Fuente: ONU Mujeres

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