El presidente Juan Manuel Santos y el máximo líder de las FARC firmaron un histórico acuerdo para poner fin a más de medio siglo de violencia en Colombia, que ahora tendrá el desafío de incorporar a los rebeldes a la vida civil mientras continúa su lucha contra el narcotráfico y el paramilitarismo.
La ceremonia se llevó a cabo ante más de 2500 invitados, entre ellos 12 jefes de Estado de la región. Todos los invitados, que se vistieron de blanco como símbolo de la paz, escucharon a dos enemigos por décadas, que lograron lo que parecía imposible: acabar con la violencia que dejó en total ocho millones de víctimas, entre ellas 220.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de campesinos desplazados a las ciudades.
El 2 de octubre los colombianos tendrán la posibilidad de rechazar o avalar en un plebiscito el acuerdo que busca terminar con una guerra interna que dejó más de 220.000 muertos, miles de desaparecidos y millones de campesinos desplazados a las ciudades.
En una muestra de fuerte respaldo al acuerdo, la canciller europea Federica Mogherini anunció que la Unión Europea eliminó de la lista de organizaciones terroristas a las FARC.