Chile: desaceleración del sector inmobiliario, incertidumbre para 2017

En los primeros dos meses de 2016 la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif), indicó –a partir de la información de la superintendencia del sector– que el crédito para la vivienda subió en los primeros dos meses del año 2016 sobre un 10% real respecto del mismo período de 2015, siendo el rubro de mayor alza a nivel de colocaciones.

Sin embargo, ayer el Banco Central (BC) puso una sombra de duda sobre el futuro inmediato del sector. En la encuesta trimestral de créditos que elabora, reveló una marcada disminución en los niveles de demanda por préstamos para la vivienda. El estudio reveló que el porcentaje de bancos que percibe un debilitamiento de la demanda por este tipo de financiamiento pasó de un 15% a un 46%, alcanzando su nivel más negativo en los últimos seis años.

La aparente contradicción entre las cifras de créditos de la banca junto a la venta de viviendas y la percepción de los mismos ejecutivos de dichas instituciones que responden la encuesta del BC, se explica porque las cifras del ente emisor solo representan la percepción respecto de la solicitud y trámites que inician los clientes para pedir un crédito para la vivienda. Y este trámite ocurre meses después de que dicho cliente ha firmado una promesa de compraventa tras visitar la casa o departamento que le interesa adquirir.

Lo que está detrás de dichas cifras, explica el director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarias (ADI), Vicente Domínguez, es que las promesas de compraventa que firman los clientes ante las salas de venta de las inmobiliarias están bajando. Y considerablemente.

Extraoficialmente, Dominguez estima que en los primeros dos meses del año, dichas promesas bajaron un 25% respecto de enero-febrero de 2015. Esta variación es el prefacio de un enfriamiento de las ventas de viviendas y, por consiguiente, del cierre de créditos bancarios.

Sin embargo, el representante de ADI –que congrega a casi el 65% de las ventas de casas a nivel nacional y sobre el 40% en departamentos– adelanta que las menores cifras de promesas y de interés por créditos no se notarán con fuerza en 2016, sino que se verificará el próximo año, pues gran parte de los negocios que se concreten en el ejercicio actual serán principalmente producto de las promesas firmadas en 2015.

Y es que el año pasado fue prolífico para la industria inmobiliaria, en un contexto de desaceleración económica y considerando además que este sector percibe los efectos macreconómicos con algún rezago respecto de lo que ocurre en la economía.

Domínguez estima que en 2016 las ventas inmobiliarias en valor (UF) volverán a crecer respecto de 2015, aunque sin precisar el nivel de facturación que se alcanzará. Según cifras de la consultora Real Data, en 2015 las ventas –en valor– de viviendas nuevas subieron 11,8% sobre 2014, mientras que las usadas lo hicieron en 13,5, dando un alza consolidada de 12,7% y un total facturado de UF 274 millones, es decir, unos US$ 10.000 millones, cifra récord para la industria. En el caso de las viviendas nuevas, los valores también fueron históricos, alcanzando las UF 126,7 millones, unos US$ 4.600 millones.

De esta forma, el enfriamiento de las promesas de compraventa y, consecuencialmente, del interés por solicitar préstamos a la banca u otros proveedores de estos créditos, comenzará a influir decisivamente en las ventas inmobiliarias y, por ende, en los créditos que se cursen, en 2017.

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