Doge es un meme de un perro japonés que surgió como una sátira del Bitcoin en 2013, una manera de burlarse de la criptofiebre creando una criptomoneda absurda: el dogecoin. Luego de su lanzamiento la divisa comenzó a expandirse a través de los foros de internet. A los 15 días del lanzamiento, su valor se había multiplicado por 300.
La idea fue de Billy Markus, un programador estadounidense que trabajó como ingeniero en IBM, y Jackson Palmer, un australiano que estaba al frente del departamento de marketing de Adobe Systems.
La preocupación de sus creadores comenzó a surgir cuando a comienzos de 2018 la criptodivisa alcanzó un valor de USD 1.928. Y es que hasta su reciente despegue era poco más que una broma en foros de internet. La reputación de la criptomoneda creció a medida que su comunidad comenzó a demostrar algunos de sus esfuerzos caritativos relacionados con el mundo del deporte.
En 2014, sus inversores donaron dogecoins por valor de USD55.000 al piloto retirado de Nascar, Josh Wise. Ese mismo año, reunieron USD25.000 para apoyar a un equipo olímpico jamaicano, y la comunidad también ha financiado proyectos de agua en Kenia.
Aun así, el dogecoin aún está muy lejos de alcanzar al bitcoin, que hoy día supera los USD14.000 dólares por unidad y tiene un valor total de USD240.000 millones.
Robert Plummer, corresponsal de economía de la BBC hizo hincapié en que “Una cosa a tener en cuenta, es que hay muchos más dogecoins que bitcoins”. Y agrega que: “Las normas que sustentan el bitcoin estipulan que solamente se pueden crear 21 millones de bitcoins, y esa cifra cada vez está más cerca de ser alcanzada. No está claro qué ocurrirá con el valor del bitcoin cuando se alcance ese límite”.
Sobre esto, es necesario comprender que “a diferencia del bitcoin, no hay límite en el número de dogecoins que se pueden producir, y hoy día alcanzan la asombrosa cifra de 100.000 millones” finalizó Plummer. En el mundo de los expertos en economía, sigue habiendo bastante escepticismo sobre cada una de las nueva criptomonedas que salen al mercado.
“No puedo nombrarte una sola criptomoneda que sea más útil en transacciones que una tarjeta de crédito denominada en dólares, libras o yenes”, añadió el especialista.