Hasta hace poco tiempo, la tecnología obligaba a instalar diferentes redes para la oferta de distintos servicios, creando a su vez múltiples mercados claramente diferenciados y delimitados a su propia oferta. Sin embargo, gracias a la digitalización hoy nos enfrentamos a un nuevo escenario donde una única red de telecomunicaciones puede ofrecer múltiples servicios que requerían igual número de redes, lo que incrementa su eficiencia a través del mejor aprovechamiento de recursos limitados o esenciales.
A este proceso en el cual una única red puede ofrecer múltiples servicios diferenciados se le conoce como “convergencia”. La digitalización de los servicios, o su conversión a una comunicación binaria, ha permitido que las redes de telecomunicaciones sean más versátiles al incrementar su oferta de servicios.
El proceso de convergencia no se encuentra sólo del lado de los operadores, también los usuarios se enfrentan a este proceso al recibir una mayor cantidad de servicios a través de un único dispositivo o red. Cuando antes se requería de un televisor para acceder a señales de video, de un fax para enviar textos, o de un teléfono para realizar llamadas de voz, hoy todo es más simple a través de un smartphone o cualquier dispositivo digital y una red de telecomunicaciones.
Deloitte identifica que la convergencia está impulsada por tres tendencias. La primera son los datos digitales que proveen la base común para manejar diferentes tipos de información; la segunda, por la amplia conectividad que ayuda a acceder a la información y extiende el valor y capacidad de un dispositivo más allá de sus funciones básicas; y la tercera, por los continuos avances tecnológicos.
La convergencia también ha provocado que operadores que antes no se preocupaban de la competencia entre sí al atender mercados claramente diferenciados, hoy en día compitan por la atención del usuario convergente, el cual busca más beneficios mediante una sola red que pueda ofrecer múltiples formas de comunicación unificadas, incluidas voz, datos y video… todo en una misma factura.
En el siglo 21, la convergencia digital ha borrado las distinciones entre las industrias de Tecnologías de la Información, medios y telecomunicaciones, combinándolas en una línea de negocio para la creación de una nueva oferta comercial de servicio, con grandes implicaciones para toda la cadena de valor, el ecosistema, modelos de negocio, prácticas regulatorias y hábitos de los usuarios.
Aunque la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) reconoce que existen ciertas desventajas de la convergencia como el exceso de inversión, efectos negativos para la competencia o cierta pérdida en la libertad de elección de los usuarios, la UIT también considera que los beneficios compensan mucho más estas desventajas.
“En virtud de la tendencia hacia la convergencia tecnológica, ahora las empresas tratan de crear servicios más innovadores a un precio razonable, y esto en última instancia satisface a los clientes y proveedores. Aunque hay varios costos para la implementación de ellos, pueden ser minimizados a través de políticas bien preparadas e investigaciones rigurosas. En general, los beneficios de la convergencia tecnológica puede ser mayores que sus inconvenientes, y la distancia entre ellos será más grande a medida que pasa el tiempo”, señala el organismo internacional.
Desde la iniciativa presentada por el presidente Enrique Peña Nieto en el marco del Pacto por México, se reconoce la necesidad de la convergencia en el país, que permita el mayor aprovechamiento de recursos de red en beneficio de los usuarios, incluido el fomento a la competencia para todos los operadores.
La iniciativa de ley presentada por el Ejecutivo en 2013 reconoció en su momento que con el otorgamiento de concesiones únicas las limitantes a la convergencia de servicios sólo iban a ser tecnológicas y de inversión. Las primeras serían superadas con el tiempo y por el avance tecnológico, mientras que la inversión estaría limitada por la capacidad financiera del operador de telecomunicaciones para escalar su red hacia nuevos servicios.
Para los operadores, la posibilidad de acceder a la convergencia representa múltiples beneficios, además de la diversidad de servicios, tales como el mejor aprovechamiento de sus recursos como infraestructura y espectro, incrementar el ARPU promedio y la lealtad de los usuarios, economías de escala, una mejor posición comercial con proveedores y mayor fortaleza en toda la cadena de valor.
En el caso de los usuarios, el beneficio inmediato es el acceso a paquetes de servicios, lo que conlleva la simplificación de facturas, acceso a descuentos o promociones especiales.
El usuario busca empaquetar servicios
En algunos países la contratación de paquetes con varios servicios se ha incrementado en los últimos años, conforme los operadores realizan las adecuaciones tecnológicas a su infraestructura o incluso adquieren operadores rivales, y los gobiernos dan la autorización pertinente para la oferta múltiple de servicios.
El cuarto reporte de 2015 sobre hábitos de los usuarios realizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), reveló que 72 por ciento de los usuarios en México había contratado el servicio de Internet mediante algún paquete de telecomunicaciones que incluyera telefonía fija o televisión de paga o ambos servicios, y que 62 por ciento había tenido la intención de contratar el servicio “desde un principio” de forma empaquetada. De hecho, 23 por ciento de los encuestados en México por el IFT ya cuenta con servicios triple play, que incluyen telefonía y banda ancha fijas y TV de paga.
Estos y otros ejemplos evidencian las ventajas económicas que para los usuarios de servicios de telecomunicaciones representa contratar servicios convergentes, además de que los faculta a ejercer sus derechos de acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Servicios innovadores, precios razonables, facilidad de pago en una sola factura y promociones atractivas son los principales beneficios que obtienen los usuarios que optan por la convergencia y el empaquetamiento de servicios.
Por parte de los operadores se logra un uso más eficiente de la infraestructura (redes y espectro radioeléctrico), un incremento en el ingreso promedio por usuario (ARPU), reducción de costos, crecimiento de ingresos y fidelización de clientes.