Hay más de 2.900 millones de posiciones abiertas en seguridad en el mundo

Lumu Technologies entrega detalles sobre las tendencias de ciberseguridad que estarán presentes durante 2020, y a qué deben prestar atención las organizaciones para prevenir ciberataques.

“El año pasado vimos que empresas de todos los tamaños y presupuestos sufrieron brechas, lo que deja en evidencia que en ciberseguridad inversión no necesariamente se traduce en protección. La complejidad de las arquitecturas de ciberdefensa actuales hace que los equipos de seguridad se vean abrumados con la cantidad de alertas y tareas de administración, y combatir este problema es un desafío al que se verán enfrentadas las organizaciones durante 2020”, explica Ricardo Villadiego, Fundador y CEO de Lumu Technologies.

El 2019 fue el año de posicionamiento de Zero Trust, este modelo de protección promete ser altamente efectivo, empoderando a empresas a tener mayor control de sus activos de información. El 2020 será un año donde Zero Trust se pondrá a prueba en cuestión de eficiencia y verdadera protección en la prevención de compromisos. Será el año de tecnologías emergentes cual propósito será la “verificación” del famoso modelo Zero Trust.

Por varios años se ha aconsejado no pagar remuneraciones cuando se efectúa un ataque de Ransomware, sin embargo, miles de empresas se encuentran sin salida en estas situaciones, volviéndose blancos de ataque fáciles y recurrentes, y esclavos de Ransomware. Según el Informe de delitos contra Internet de 2018 del FBI, en 2017 se reportaron 1,493 casos de Ransomware, lo que costó a cada víctima un promedio de US$3.6 millones.

De acuerdo con ISC, hay más de 2.900 millones de posiciones abiertas en seguridad en el mundo, 136 mil en Latinoamérica, lo que fuerza a las empresas a cambiar sus estrategias de seguridad para que sean sostenibles a largo plazo, teniendo en cuenta las restricciones a la hora de contratar personal especializado en seguridad. Este problema es tan grande, que la conferencia más relevante de seguridad, RSA Conference, que se realizará en febrero, va a tener como tema principal el talento humano.

En el 2019, los cibercriminales resultaron ser eficientes en adoptar AI y ML para ejecutar y perfeccionar ataques. Ejemplo de esto es el uso de “deepfakes”, que consiste en tomar una persona de una imagen o video, y reemplazarla con la imagen de otra persona. Con el crecimiento exponencial que ha tenido el internet de las cosas, sumado a conexiones de alta velocidad 5G que se están implementando alrededor del mundo, se espera que las intrusiones a sistemas sean cada vez más comunes y que la privacidad tanto de personas como empresas sea expuesta más fácilmente.

Con brechas ocurriendo casi diariamente los gobiernos se verán cada vez más obligados a intervenir y exigir políticas de protección de datos más fuertes. Esto genera que las empresas se preocupen por cumplir los estándares que les piden para evitar multas, pero no necesariamente que las empresas se encuentran más seguras.

La industria de ciberseguridad es compleja, abrumadora y capaz de aturdir a usuarios, proveedores y operadores. Muchos utilizan los números de alertas que se monitorean, producen y manejan como una insignia de honor, pero al medir estas alertas también se descuidan áreas que son críticas para el objetivo de prevenir compromisos. “El 2020 trae un efecto de “noise cancelling”, el cual incentiva a las organizaciones a ignorar el ruido de las miles de alertas y a enfocarse en las que realmente importan, mediante la implementación de procesos eficientes de evaluación de compromisos para la protección de sus más activos”, concluye Ricardo Villadiego.

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