Por Alejandro Guelman, CEO de Cytric Solutions y CyHunt
Los ciberdelincuentes no se toman descanso, y la pandemia Covid-19 plantea un escenario ideal para el aumento de los ataques cibernéticos. Los ciberatacantes se aprovechan de nuestra mayor dependencia de las herramientas digitales durante el aislamiento social y de la incertidumbre de esta crisis generalizada.
La dependencia cada vez mayor de las personas con respecto a las herramientas digitales, las hacen más proclives a ser blanco fácil de los piratas cibernéticos. A medida que la pandemia de coronavirus se sigue extendiendo alrededor del globo sin distinguir etnias, credo, ni divisiones geográficas, las amenazas no solo acechan a los sistemas sanitarios, económicos, políticos y sociales, sino que otra amenaza acecha en el espacio cibernético.
La creciente pandemia que involucra a más de 150 países, hace que la dependencia a las infraestructuras digitales se multiplique. En este contexto, internet centraliza el 100% de la interacción entre las personas y es el vehículo principal para trabajar y estar conectados mutuamente.
A raíz del aislamiento obligatorio dispuesto por el gobierno nacional, las empresas y las organizaciones del sector público y privado están aplicando políticas de teletrabajo, y las interacciones laborales se están vehiculizando principalmente a través de videollamadas y chats. Por su parte, los medios para difundir información por parte de los gobiernos pasan a través de medios digitales.
En este contexto actual inédito, un ataque cibernético que pudiera privar a las organizaciones o familias del acceso a sus dispositivos, datos o Internet podría ser devastador e incluso peligroso para la salud. En el peor escenario un ciberataque a infraestructuras críticas podría desconectar comunidades o ciudades enteras, poniendo obstáculos a los servicios de atención médica, los sistemas públicos y las redes.
El aislamiento social expone a los usuarios a pasar más tiempo online, corriendo el riesgo de caer en el acceso “gratuito” a sitios web o programas pirateados, abriendo la puerta a posibles ataques y malware. Los riesgos pasan ocultos en las solicitudes de información de la tarjeta de crédito o la instalación de aplicaciones de visualización. Ingresar en el enlace equivocado o ampliar los hábitos de navegación durante la pandemia, puede ser extremadamente peligroso.
El hecho de tener que cambiar los comportamientos online y conocer a lo que uno se enfrenta puede ayudar a mantener una postura de ciberseguridad elevada. Es necesario intensificar la seguridad cibernética, usar una contraseña segura para el wifi del router del hogar y que los cortafuegos del sistema estén activos en el router; ser cuidadoso en la verificación, no haga clic en los enlaces que aparezcan en un correo electrónico, y verificar la fuente de cada URL; y realizar las actualizaciones de software y las aplicaciones del sistema regularmente.
En tiempos de aislamiento social, cuando las familias pasan más tiempo conectadas ya sea para trabajar remotamente, los niños para realizar tareas y clases virtuales, así como para jugar en red o en las redes sociales, y como sociedad para estar informados, entretenidos o para hacerse mutua compañía de forma virtual, el comportamiento personal de todos es fundamental para prevenir la propagación de virus tanto en el mundo cibernético como en el mundo físico.